Fray Toribio de Benavente fue un misionero franciscano e historiador de la Nueva España. Se caracterizó por ser defensor de los derechos de los índigenas. Mejor conocido con el mote de Motolinia (en náhuatl: "pobrecito, desdichado".
Éste es su punto de vista:
"Si alguna de éstas indias está de parto, tienen muy cerca a la partera, porque todas lo son; y si es primeriza va a la primera vecina o parienta que la ayude, y esperando con paciencia a que la naturaleza obre; paren con menos trabajo y dolor que las nuestras españolas, de las cuales muchas por haberlas puesto en el parto antes de tiempo y poner fuerza, han peligrado y quedan lijadas (posiblemente ligadas, en el sentido de forzadas a no poder tener más hijos, o lisiadas, en el mismo sentido) y quebrantadas para no poder parir más; y si los hijos son dos de un vientre, luego que ha pasado un día natural, y en partes, dos días, no les dan leche, y los toma la madre después, el uno con el un brazo y el otro con el otro, y les da la teta, que no se les mueren, ni les buscan amas que los amamanten, y adelante conoce despertando cada uno su teta; ni para el parto tienen aparejadas torrejas, ni miel, ni otros regalos de parida, sino el primer beneficio que a sus hijos hace es lavarlos luego con agua fría, sin temor que les haga daño; desnudos, viven buenos y sanos, y bien dispuestos, recios, fuertes, alegres, ligeros y hábiles para cuanto de ellos quieren hacer; y lo que más hace a el caso es, que ya que han venido en conocimiento de Dios, tienen pocos impedimentos para seguir y guardar la vida y la ley de Jesucristo".
Se sabe de manera exacta que los españoles sólo se bañaban por prescripción médica y usaban el baño como remedio; por eso les llamaba tanto la atención el hecho de que se bañaran a los bebés recién nacidos.
Ahora sabemos que la limpieza es parte de los cuidados mediatos del recién nacido. Nos damos cuenta que nuestras civilizaciones tenían avances médicos referente al control de infecciones.
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